Construyamos la sociedad desde el principio
Lo que aprendemos en el seno familiar nos forja como seres humanos. Muchos de los problemas que aquejan a nuestra sociedad, como la pobreza, la inseguridad, la ruptura del tejido social, la descomposición y la drogadicción, se pueden prevenir con intervención oportuna a nivel de la estructura familiar.
Las conductas que nos marcan como individuos y como ciudadanos se aprenden primero en casa, y se llevan después a las calles, al trabajo, a la escuela y al espacio público donde convivimos todos. Hacer familia es, pues, hacer tejido social; es hacer, crear, formar comunidades de vida.
Hoy en día existe una creciente violencia e intolerancia de nuestra sociedad repercute en las relaciones entre los miembros de cualquier familia de allí la importancia de no trasladar la violencia a el entorno de la puerta de nuestra casa sin antes haber solucionado nuestros problemas.
No podemos olvidar nunca que La familia siempre ha sido y es, el principal pilar de la sociedad. Es el lugar donde los miembros nacen, aprenden, se educan y desarrollan. Debe ser refugio, orgullo y alegría de todos sus miembros. Cuando la familia tiene problemas, alegrías o tristezas internas, repercuten en todos los familiares, sufriéndolos o disfrutándolos, debido a su total interrelación. Todas las legislaciones del mundo, tienen que tener leyes, que protejan el concepto de la familiar y facilitar lo más posible su unión y continuidad. La familia se convierte en un castillo, que además de servir de refugio de sus componentes, estos tienen que defenderla a ultranza, de todos los ataques que le hagan. No pueden permitir que lo dañino pase sus puertas. Todos tienen que formar un solo cuerpo, para defender su propia vida presente y futura.
La familia está fundada en el matrimonio, que es exclusivamente la unión estable, por amor del hombre y de la mujer, para complementarse mutuamente y para transmitir la vida y la educación a los hijos. Es mucho más que una unidad legal, social o económica. Es una comunidad de amor y solidaridad, para trasmitir e instalar en las mentes las virtudes y valores humanos, culturales, éticos, sociales, espirituales y religiosos, así como los principios de convivencia, tanto internos como externos, que tan esenciales son para el desarrollo y el bienestar de sus miembros y de la sociedad. La educación y conocimientos que se adquieren en la familia, perduran para siempre
Tener una buena familia, es un privilegio que no tiene precio. Sentirla como refugio en las angustias, peligros o incertidumbres y percibirla como receptora, para compartir las alegrías y logros alcanzados. Es también una gran satisfacción, poder presentar con orgullo a terceras personas a sus componentes, máxime si están unidos entre sí. Qué triste es, que debido a su mal comportamiento y ejemplo y en la sociedad, sentir vergüenza de presentar la familia a otras personas.
Los padres tienen que enseñar a sus hijos con su ejemplo y con sus palabras, la belleza de una familia bien unida, las ventajas de mantenerse unidos y los inconvenientes, en el caso que esa familia se destruya, y a sentir un sano y enorme orgullo por ser miembros de la familia y de los ancestros a la que pertenecen y asi crear una mejor sociedad .
elaborado por : cindy bolaño
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